Cada vez que salía a pasear se paraba frente a un árbol. Lo miraba y jugaba a su alrededor. Siendo niño se columpio en él, subió en sus ramas; y cuando creció puso el nombre de su primer amor.
También el árbol fue testigo de sus besos y de como el tiempo pasaba, compartiendo bellos momentos siempre.
Al llegar el otoño las hojas cayeron como tantas veces lo hizo, pero esta vez sería la última vez que lo vería un ya anciano hombre. En este las hojas eran años, representados en canas y arrugas que dibujaban diferentes expresiones en su cara. El árbol fue testigo de su vida y de su muerte, siendo este el anfitrión de su entierro, donde él quiso descansar por toda la eternidad, al lado de aquello que siempre estuvo allí, le alegró y le entendió en los peores momentos, aquello que ha conocido sus verdaderos sentimientos cada vez que lo visitaba. Allí decidió vivir y morir por siempre ; en compañia de su eterno amigo.
Creado:Inma R
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