Comiendo de la mano del poder
se creía invencible bajo su manto de corrupción.
Mordió aquella que le dio de comer;
y se río del pueblo de a pie.
Penaron , lloraron y hasta sangraron;
convirtiendo los sueños del proletariado en polvo.
Pero el digno pueblo ,aun tenia fuerzas para levantar la cabeza muy alta y con orgullo, de saber que sus raíces eran fuertes y limpias y no estaban podridas como la de muchas manos sucias, que con sangre mancharon su alma por poder.
Inma R
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