En el alma inquieta y agitada yacía la penumbra de los miedos que atormentaba sin descanso al pobre ermitaño solitario que paulatinamente recorría el mismo camino como si de un laberinto se tratase una y otra vez.
Pues en su apesadumbrada cabeza solo había cabida para un hermoso pensamiento
bello a la vez que cruel.
Su amor soñado.Ese que le quemaba en el pecho y le hacía latir como un volcán el erupción. Y brotaba lava caliente cada vez que su imagen venia hacia él.
Una vez alguien le pregunto si no hubiese sido mejor no conocerla.A lo cual el respondió ; si no la tengo terrenalmente si la tengo en sueños; y ahora por fin puedo decir que se lo es el verdadero amor.
Así pues con el me quedo ,.
Que no hay amor más puro,que el que no se puede tener y sin pedir nada lo amas desde el silencio.
viernes, 8 de mayo de 2015
EL ERMITAÑO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario