Y recostada leeré
mientras miro al campanario.
Y en cada rima de Bécquer
escucharás mi voz entre la lluvia.
Mientras observas tan bella imagen
convirtiéndose cada palabra en música para tus oídos.
Y sonará la campana alegrandose de oírme, pues volarán rimas bellas a lo alto de la cima.
Y envolveran sus letras aquella habitación llenándola de magia y convirtiendo ese instante en una bella estampa para el recuerdo.
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